Expreso treinta y uno
Material type:
- 1794-3760
- Babel
Porque donde termina la imaginación comienza el sufrimiento. Aquellos caminos surcados por lozas de cemento cristalino, andenes transitables, zonas verdes infranqueables, árboles, casas, huellas, señales, carros, peatones, mi ansiedad y yo, suelen pasar rápidamente por mi mente y por la vía, una calle que la llaman "La Quinta".A veces, cuando de pronto pierdo la mirada, poso mi pensamiento en indeterminado objeto; encuentro entonces que la ciudad quiere siempre decir algo, con ímpetu y con afanes, también ausente. Me mal acostumbro en recorrer la misma ruta y deseo encontrar algo nuevo. Las lecturas aventuradas en las paredes abandonadas, otras desprevenidas, hablan tantas cosas que los transeúntes prefieren ignorar.Viajo de pie y me ubico en la parte más posterior de aquel autobús "donde habita el olvido"; mantengo mi compostura cuando de pronto, de manera insulsa y repentina, surgen voces de protesta que logran atravesar mi entreverado y egocéntrico aparato musical enclaustrado en mis oídos. Son las protestas de lo masivo.Murmullos que suenan a voces inconformes, ecos de gritos que lamentan su más íntimo deseo de subsistir; pero en cambio, al interior también vagan espíritus vacuos que fungen de altísimos estrados, lo único dable es la poca importancia que le suelen ofrecer a los más altos intereses de la existencia humana. Viven solo para la vanidad, viajan aletargados pensando en el futuro inexplicable de su insulsa existencia, por eso se odian.
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